¿Esto quiere decir entonces que debemos renunciar a ellos?
La respuesta es claramente "No, no debemos renunciar a ellos."
Simplemente debemos tener en claro que la posesión de algo no tiene nada que ver con ser feliz. Y al hablar de posesión hablamos de cosas y de personas, ya que es muy fácil confundir amor con posesión.
Ser feliz se vincula con vernos y reconocernos. Tiene que ver con sentir, pensar y obrar armónicamente. Tiene que ver con poder elegir nuestro camino, y cómo caminarlo. Tiene que ver con ser los dueños de nosotros mismos. O sea, tiene que ver, en un todo, con la LIBERTAD. Y con ejercer esa LIBERTAD.
Por ejemplo, de nada vale pensar libremente si luego ese pensamiento no se acompaña de acciones libres. En ese caso, los efectos se sentirán o se verán reflejados en los sentires. La desarmonía se expresará en nuestro físico y en el alma.
Y por último, la libertad tiene que ver con el amor.
El amor hacia uno mismo que luego irradiará hacia los demás.
Los sentimientos, pensamientos y acciones serán mejores si su punto de partida es el amor. Amor por todos los seres de este universo. Les dejo este video para reflexionar, y nos encontraremos en una nueva entrada.
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