viernes, 1 de noviembre de 2019

Los Fantasmas de la Casona Antigua de Unquillo (Derechos reservados Prohibida su reproducción)

Señorial y misteriosa, se erige entre la vegetación que guarda susurrante los secretos del lugar. Es la Casona antigua de Unquillo. El caminante desprevenido se encuentra con ella en una subida del sendero arbolado. Al borde del camino, la pequeña vereda  da lugar a un impresionante portón de rejas, que ampara  unos jardines cuyo cuidado contrasta con los eventos que se refieren al encantamiento del lugar.  Algunos de ellos,   escuchados y transmitidos de boca a oídos hace más de cien años, son los que contaré a continuación.

Las noches sin luna del 1° de Noviembre son particularmente concurridas entre los jardines que rodean la Casona  antigua.  Oscuras y densas formas se deslizan ondulantes entre las piedras y las plantas que rodean la abandonada construcción de estilo inglés, deteniéndose algunos minutos en unas para deslizarse suaves hacia las  otras. Aprovechan las noches en que la oscuridad se adueña del sitio para que nadie las pueda ver plenamente. Es una especie de bondad que poseen estos espíritus aquejados por la pena, ya que saben que si tu vista los encuentra, la locura se adueñaría de tu cabeza, para habitarla por siempre. Y no quieren hacerte daño, conscientes de que pueden , eligen no hacerlo. Ese deambular  con silenciosa queja,  ese arrastrarse entre las fisuras tiene el único objetivo de cargar energías de distintos planos, mineral y vegetal para continuar habitando entre los resquicios, con la secreta esperanza de pagar así sus deudas y poder ascender dejando las penas aquí abajo. Si infortunadamente pasas por el lugar, debes volver  la vista hacia arriba y mirar el cielo, nunca hacia ellos.


Por el contrario, las noches de luna llena alumbran plateadas y transparentes figuras que recorren el sitio por fuera y por alrededor. A primera vista puede parecer un espectáculo asombroso y deleitante. Su movimiento es fino y grácil , como si en ellos habitara la armonía misma y pudieran trasladarla hacia afuera, haciendo manifiesta esa gracia en una danza digna de dioses.   No debes dejar que su deslumbrante color plata y sus movimientos finos te engañen. Si vuelves la mirada de frente hacia ellas,  se pulverizan,inaudibles, dejando un halo blanquecino flotando en su lugar, y reaparecen inmediatamente  a tu lado adoptando las formas más horripilantes que tu mente pueda producir, alimentándose de tu horror y dejándote a su merced largas horas,  catatónico. Vagarás hasta el día siguiente expuesto a las peores tragedias, hasta que el Sol con su luz te bañe y te libre, si es que antes no te ha pasado nada.



No menos aterrorizante es el interior de la construcción. Nadie se encuentra allí, y  sin embargo está habitado.  Ésa noche, cada año, en las dependencias vacías, las viejas y desgastadas cortinas se agitan sin pausa,  pudiendose observar desde fuera el baile frenético de figuras que semejan seres titilantes,están y no están, se presentan a la visión común como si fueran un  parpadeo furioso y rápido mientras se desplazan en distintas direcciones en un baile frenético y loco. Sus penas existen porque la soledad les hace mal, esos espíritus se sienten abandonados y huérfanos. Sus energías necesitan de los humanos para alimentarse y calmarse. La paz sólo sobreviene cuando una oración es pronunciada por una mujer, que les otorga la nutrición que necesitan.  En ese caso, la quietud de muerte  cae como un manto hasta que esa oración sea absorbida y eliminada por las fuerzas de la oscuridad más tenebrosa.  Una vez que eso ocurre, el espectáculo danzante se vuelve a producir una y otra vez.

Espíritus elementales rodean el lugar , amparándose en la naturaleza , en las raíces húmedas  y las grietas musgosas de las piedras.  Sonidos extraños susurran a tus oídos : aléjate,  cúbrete, pon tu mente y tu cordura a salvo. Toma tus recaudos y no digas que no lo sabías.