FELICIDAD (2)

Las identificaciones con el Ego, son improductivas, y de ninguna manera nos conducen hacia la felicidad, mas bien pueden llevarnos en sentido contrario, hacia la infelicidad, si vivimos pendientes de los bienes que poseemos, ya sean concretos o simbólicos.
¿Esto quiere decir entonces que debemos renunciar a ellos?
La respuesta es claramente "No, no debemos renunciar a ellos."
Simplemente debemos tener en claro que la posesión de algo no tiene nada que ver con ser feliz. Y al hablar de posesión hablamos de cosas y de personas, ya que es muy fácil confundir amor con posesión.
Ser  feliz se vincula con vernos y reconocernos. Tiene que ver con sentir, pensar y obrar armónicamente. Tiene que ver con poder elegir nuestro camino, y cómo caminarlo. Tiene que ver con ser los dueños de nosotros mismos. O sea, tiene que ver, en un todo, con la LIBERTAD. Y con ejercer esa LIBERTAD.
Por ejemplo, de nada vale pensar libremente si luego ese pensamiento no se acompaña de acciones libres. En ese caso, los efectos se sentirán o se verán reflejados en los sentires. La desarmonía se expresará en nuestro físico y en el alma.
Y por último, la libertad tiene que ver con el amor.
El amor hacia uno mismo que luego irradiará hacia los demás.

No hay daño cuando hay amor. El amor, la posibilidad de amar, nos hace seres extraordinarios.
Los sentimientos, pensamientos y acciones serán mejores si su punto de partida es el amor. Amor por todos los seres de este universo. Les dejo este video para reflexionar, y nos encontraremos en una nueva entrada.

FELICIDAD (1)

¿Qué necesitamos para ser felices?

Las respuestas asombran por su variedad y cantidad, sin dudas. Y abarcan desde cuestiones materiales hasta espirituales , y dentro de estas categorías, una diversidad enorme, que, por supuesto, 

 tiene que ver con ...¿con que tendrá que ver la variedad de cuestiones dentro de cada categoría? Pues tendrá que ver con el ego. El Ego. En una entrada anterior hablamos de el Ego.
Es el que nos lleva a identificarnos con nuestros logros, identificarnos con cosas extrañas a nosotros, ajenas a nuestra individualidad singular, nos lleva a identificarnos con el mundo externo, con las ilusiones, con lo que no es eterno sino que muy por el contrario, es instantáneo y pequeño, inválido y efímero, lo que no va más allá, lo que termina. Los ejemplos son innumerables: posesiones y bienes, materiales o inmateriales, concretos o abstractos.
En nuestra necedad imaginamos la felicidad ligada a ellos.
¡Cuán equivocados estamos!¡Que error tan enorme pensar así! Tal es la magnitud del error que en ocasiones no lo percibimos como un error y ante la adversidad pensamos ¿qué hice para merecer esto?¿Porqué a mí?
Otras veces ante lo inevitable comprobamos lo inservible de las posesiones.

En la próxima entrada continuaremos con nuestra reflexión.

AUTOCONOCIMIENTO (2)

Desde la edad más temprana  nuestra personalidad se va moldeando con las opiniones que de nosotros tienen los demás : nuestra familia en primer lugar, el resto de la sociedad con la que vamos poniéndonos en contacto en segundo lugar. Así es muy posible que las proyecciones y fantasías, los deseos de otros hagan carne en nuestra personalidad y nosotros los asumamos como propios. Así es muy posible que nos identifiquemos con aquellas cuestiones que de nosotros dicen los otros, y pensemos que somos verdaderamente lo que los demás dicen.
Así puede pasar toda nuestra vida, desarrollando una existencia que en realidad fue soñada por otros para nosotros. O soñada por otros para los otros, pero que se nos ha trasladado e impuesto en el deseo.

El autoconocimiento nos acompaña a descubrir la verdad de la existencia propia. Permite ver quienes en realidad somos. Favorece la aparición de nuestros auténticos deseos. Y por fin, de esa manera, poder elegir de una forma un poco más libre cada vez.