"Ginénico" era el papel, "piringunito" el pingüino, "me lule" era me duele. Más fácil me fué entender cuando escuchaba tigurón , mánica por máquina , y la "T" en lugar de la "C" en varias palabras. Sufrí la contradicción interna de tener que corregirlos para que pronunciaran "bien". Amé mirar con atención al que hablaba explicando con las manos para hacerse entender mientras una hermana mayor acudía para auxiliar en la interpretación. Me apuré para preparar a cuatro manos #alimentosmochilascuadernosmamaderas a las seis de la mañana o a las doce de la noche. Lloré ríos en el primer campamento y primera noche fuera de casa "solitx". Me emocioné cuando lxs ví salir con la bandera en el acto del colegio y sentí que se abría el cielo y un rayo divino lxs iluminaba cuando recibieron sus diplomas. Caminaron por mis huellas, hasta que de a poco , emprendieron su camino propio y marcaron sus propias huellas, autónomos, por crianza. Estoy feliz y orgullosa de verlos tan grandes. Pero en el fondo de mi corazón, casi diría arrinconadito por otros lugares y eventos que ocupan espacios más cercanos, hay un lugarcito al que siempre vuelvo. Regreso allí como emprendiendo un paseo, haciéndome tiempo y lugar. Y voy ahí con el único y solo motivo de escuchar de nuevo aquellas vocecitas que resuenan con dulzura, pronunciando las palabras "tigurón ","piringunito ","mánica ", y escucho cómo la "c" es desplazada por la "t" en infinidad de palabras. Y ahi , en ese lugar, ya sé: no me hace falta corregir nada porque todo está bien cuando el amor lo habita, y me doy el gusto de escucharlos así para siempre y todas las veces que quiera .
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